Puede que no sea gran cosa, al
menos de momento. Aun así, veámosla como el comienzo de una bonita madurez. Quizás algún día se expanda por el infinito de mi cabeza y se convierta en una
calva señorial. En ese caso tendré la opción de raparme el pelo que me quede,
que es lo que hace la gente moderna, o dejarme melena, emulando el “Santiago
Segura Style” (que no es más que una burda imitación del “Rappel Style”); esta
melena implicaría una gomita atándola de vez en cuando, dando lugar a un look
que siempre me ha vuelto loco: la calva con coleta. Oh, por favor, qué cosa más
chula.
Sin embargo, la idea que más me seduce es la de la cenefa, una cenefita
de pelo, como si se tratase de la pared de una cocina. Podría incluso pintarme
cuadritos o frutitas en esa pequeña porción de pelo que me quedase, unos
racimos de cerezas, unas espigas… ponerme unos ganchos, en los que colgaría las
manoplas que protegen del calor de la bandeja del horno, o la espumadera, el
cucharón y otros utensilios de mango largo, o el típico delantal con unas tetas
dibujadas.
Un elemento que combina muy bien con la cenefa es la cortinilla,
pero no me acaba de convencer, considero que no son necesarios más Anasagastis
en el mundo.
Cabe también la posibilidad de
que esta entrada (que no se ve correspondida en simetría al otro lado de la
cabeza, aprovecho para decirlo), se quede como está, que no llegue nunca a
juntarse con el posible claro en el bosque de la coronilla. Si la situación
fuese esa, no tendría necesidad de raparme para parecer moderno, pues una
entrada pequeña es más o menos disimulable con un poco de pelo por encima,
aunque podría igualmente pintarme cerezas o colgarme el delantal de las tetas
pintadas.
No sé si aún se estila, pero
recuerdo que hace unos años también se le llamaba entrada a las pelotillas de
moco que se sacan de la nariz. Hubiera sido bastante desagradable, supongo,
poner una foto de mi primera pelotilla de moco, aparte de que, después de
veintipico años, dónde estará. Podría iniciar una investigación arqueológica
para encontrarlo, al igual que en el cuento ese de Cortázar en el que le hace
un nudo a un pelo y lo tira por el desagüe y después de nosecuánto tiempo se
pone a buscarlo, abriendo en canal todas las calles de la ciudad para registrar
una por una todas las cañerías; bueno, a lo mejor no era exactamente así, pero algo
parecido, quizá no fuera ni de Cortázar.
Otra opción hubiera sido
enseñaros una entrada de la primera vez que fui al cine, que, si no recuerdo
mal, fue cuando pusieron Aladdín, aunque no creo que aquella entrada esté al
alcance de nadie, y menos conociendo a mi madre, que lo tira todo. Sí que tengo
guardadas, y a mano, unas cuantas entradas de conciertos, pero no creo que
ninguna de ellas sea la primera, además, destacar un concierto por encima de
todos los demás por el mero hecho de haber ido antes me parece una injusticia
muy grande.
Hay un momento en la vida de todo
ser humano que quiera ser considerado “de bien” en el que tiene que dar la
entrada para un piso, para un coche, para un lulú de Pomerania… Eso es algo que
aún me queda lejos, aunque si llega ese momento, siempre podré levantarme el
flequillo y enseñarle a quien corresponda mi trocito lampiño de frente y
decirle Cóbrese.
En cualquier caso, bienvenidos a éste, mi blog. El
dolor de cabeza está garantizado.
jajajajajajajaj buuoo me está encantando.
ResponderEliminarY sí que es de Cortázar, buena memoria, si se te cae algún pelo más, que sepas que será de tanto pensar, que es cosa mala, malísima...
Bienvenido seas, los que te van a leer te saludan!
Oh, sielosanto, pero si es Trini la Indomable!! Qué honor!! Supongo que tú también tendrás de esto, así que ahora te ausculto!
EliminarBesos, besos!! Y gracias por la visita! :D
GRANDE!
ResponderEliminarPor ser tu primera entrada y mi primer comment en el blog algo que te haga pensar, es de la misma peli? XD ...
http://www.youtube.com/watch?v=07SuBTMjM6w
Coño, Festen, ¿eres tú? "Y si no nos enfadamos" es de las mejores películas de la historia del cine, sin duda!
EliminarMe gustas mucho, si no estuviera casado te pedía en matrimonio, y si no tuviera ya una hija te adoptaba. Te seguiremos hasta el infinito y au.
ResponderEliminarBueno, también puedes ser mi suegro...
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